El vino es muy popular en todas partes del mundo, en la actualidad aunque está el blanco y el tinto por encima de ello hay procesos de elaboración y de almacenaje que le brindan un mejor sabor y consistencia al vino.
Empecé a consumir vino apenas cumplí mi 18 años, a esta edad en muchos países puedes consumir licor libremente en cualquier establecimiento público. Y no fue la excepción mi caso, aunque la primer opción siempre fue la cerveza, hubo un momento en que el acudía alguna pizzería y bueno les puedo asegurar que no es muy buena idea mezclarla con cerveza, terminas con una panza, que para que les cuento. El caso fue de qué me entero que el vino y la pizza se llevan muy bien, ahí fue cuando empezó a tomar el tradicional merlot, es un vino económico, bastante accesible y todos los restaurantes del mundo quizá lo manejen.
Claro que así como hay botellas de whisky finas y a un costo sumamente elevado, también las hay en vino. Escuchado comentarios en el que dicen que el vino se vuelve más delicioso con el paso de los años, yo desafortunamente no he tenido la oportunidad de probar este tipos de vinos, pero según su almacenaje, lugar de fabricación e incluso donde se cultivó le brindan un sabor diferente, expertos en vinos no solo califican este licor por su sabor, sino también por sus aromas y es así como se crean los diversos factores que crean un criterio a la hora de degustar un buen vino.
También quisiera comentarles que hay vinos para cocinar, como el caso del famoso padre Kino que hay en tinto y blanco, que aunque no se mucho de comida más que para dar sabor sirve para concentrar los sabores y que no se pierdan o queden pegados en el sartén, a este proceso se le conoce como aglutinar.